martes, 16 de septiembre de 2008

Una niñez inolvidable

Tuve una niñez que puede ser envidiada por cualquiera.
Mis padres siempre me dedicaron mucho cariño. Eso hizo que me volviera una persona a quien le gusta dar cariño también, pues sé cómo es bueno recibirlo.
Me encantaban los musicales y los conciertos que ponían en la tele. Siempre cantaba junto a los cantantes profesionales y mis tías y abuelas decían que sería una gran cantante.
Mi hermano jugaba conmigo, pero era muy flaca y los juegos eran de chicos, entonces prefería jugar con mis muñecas.
Me interesaban también los cromos y jugar al encantado mintras mi hermano jugaba a volar cometa.
Mi casa estaba en una ciudad del interior de España y, más tarde, yo y mi familia nos trasladamos a Madrid. Tenía muchos amigos en mi calle antigua, pero también conocía a personas muy diferentes porque mis papás viajaban mucho, por ello no fue tan difícil el cambio y la adaptación en un otro lugar.
En la escuela era estudiosa y siempre sacaba buenas notas. Los profesores pensaban que sería una escritora de realce, porque escribía poesías y textos muy buenos.
Mi mamá es actriz y mi papá es productor y creo que la profesión de ellos mediatizó mi elección profesional. Soy cantante no sólo por eso sino porque me gusta demasiado lo que hago. Lo mejor, desde niña me gustaba cantar y la convivencia con las personas del medio sólo hizo crecer esa mi pasión por la música.
Hoy sólo tengo buenos recuerdos de mi niñez. Buenos tiempos que no vuelven más pero que fueron muy bien aprovechados. Era feliz, sabía de eso y jamás olvidaré aquellos momentos.

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